1.1. Nominalismo y renacimiento
El nominalismo y la crítica de la filosofía aristotélica.
Imagen 3 Claustro Guadalupe s. XIV |
A partir de 1277, con la condena del aristotelísmo de Tomás de Aquino, comienza la crisis de las escolástica, apareciendo un movimiento filosófico denominado nominalismo, cuyo representante más característico es Guillermo de Ockham.
La filosofía nominalista se caracteriza por la crítica de la filosofía aristotélica, en concreto por la negación de la existencia de esencias universales, afirmando la existencia de esencia particulares; perdiendo así todo el sentido los procesos de mediación en el conocimiento que llevan al conocimiento de estas esencias universales (ahora, éstas serán simplemente conceptos generales) y defendiendo por tanto, un conocimiento directo e inmediato de las esencias individuales, sin necesidad de ningún tipo de proceso inductivo (entendimiento agente).
A su vez la separación de fe y razón junto con la condena de Aristóteles (modelo de ciencia oficial) permite un margen de libertad de investigación sobre los fenómenos naturales, empezándose a derrumbar el edificio de la filosofía natural aristotélica. La explicación aristotélica que más se pone en tela de juicio es la del movimiento, la cual se centraba en la necesidad de que la causa del movimiento debía estar en contacto continuo con el móvil (si cesa la causa cesa el movimiento). Este planteamiento hacía problemática la explicación del movimiento de los proyectiles. La solución aportada por los nominalistas reside en la negación de la necesidad de actuación de una causa externa y la afirmación de la teoría del impetus que proclamaba la trasmisión de un impulso o impetus al móvil por parte de la causa motriz. Con lo cual ya no era necesario que la causa siguiese actuando, pues el móvil recibía un impulso que le mantenía en movimiento.
El Renacimiento.
Imagen 4 La reafirmación de lo humano |
El Renacimiento no es un período en el cual se da una concordancia en los planteamientos filosóficos. De esta época son de destacar los siguientes aspectos:
- La afirmación del carácter natural del ser humano, frente al carácter divino del medievo. El hombre es un microcosmos, es de la misma materia que todo el universo.
- La consideración del universo como infinito y homogéneo. Los astros ya no son de materia divina y perfecta. A su vez el geocentrismo va cobrando fuerza.
- La reflexión en torno al funcionamiento político en los estados modernos (Maquiavelo). Así como la incipiente reflexión sobre el derecho internacional (Francisco Suarez y Tomás de Vitoria).
- Unido a esto se da también un tipo de especulación mágico-mística sobre la naturaleza y un desarrollo de al alquimia.